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Masonería en Uruguay

11 abril, 2020
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A pesar de que se puede suponer la cercanía de la Banda Oriental de Masones, iniciada en Europa durante el siglo XVIII, fue claramente en 1807, durante los ataques ingleses, cuando la Orden apareció en estos terrenos.

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Ese fue el límite del comienzo del criollo Miguel Furriol en la Logia militar Nº 192, introducido por individuos del primer Batallón del Regimiento Irlandés Nº 47 de Infantería, el 18 de julio de 1807. (El hermano Miguel Furriol fue Contador de la Aduana de Montevideo, y “Informático Invitado” durante la organización artística de la Provincia. Enganchado a María Magdalena González, fue el padre de Diego Eugenio Furriol (concebido en Montevideo el 14 de noviembre de 1808 y fallecido de viruela el 16 de julio de 1842, pintor suplente de Juan Besnes e Irigoyen y artista, particularmente un guitarrista), y abuelo del Ilustre y poderoso Hermano Miguel Furriol, 33º, (1833-1914), Soberano Gran Comendador en 1908-1909 y 1912-1913).

A partir de esa fecha, varios hombres con una base en los ejercicios masónicos se presentan en varias ocasiones a lo largo de toda la existencia de la Provincia Oriental. Se conocen las capacidades de algunos de ellos, con grados que verifican un desarrollo y reconocimiento de los estándares de la Orden, a la vez que reflejan sorprendentes y ricas conexiones mundiales.

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Las investigaciones registradas aún no han descubierto la presencia convencional de las logias masónicas dentro del dominio, a pesar de que se ha hecho notar la existencia de la Tercera Logia de Lautaro y de las Diecinueve Logias, enmarcadas por oficiales portugueses y porteños expulsados por separado. También se hace referencia a las Logias de los Independientes y a las posteriores Logias de los Caballeros Orientales, enmarcadas por residentes orientales insubordinados a los gobiernos portugués y brasileño.

De igual manera se expresa que existió la Logia de los Aristócratas incorporada por masones que englobaba e impartía a Federico Lecor, reuniones y propósitos políticos buenos para el poder portugués – brasileño.

En todo caso, y a pesar de la forma en que hubo acción masónica durante el control luso-brasileño, no sería hasta 1827, con el establecimiento de la Logia “Les Enfants du Nouveau Monde”, regularizada por el Gran Oriente de Francia en 1844 con el nombre de “Les Amis de la Patrie”, que se desarrollaría en nuestra región un auténtico y normal hotel masónico, con el apoyo convencional de algún percibido Oriente.

Posteriormente, el 21 de enero de 1830, se estableció la Logia “Refugio de la Virtud”, que mencionó su reconocimiento por parte de la Gran Logia de Pensilvania, y en enero de 1831 la Logia “Amistad Consistente”, que mencionó su reconocimiento por parte de la Gran Logia de Filadelfia, considerando la inactividad del Gran Oriente de Brasil.

El establecimiento del Gran Oriente y el Consejo Supremo del Uruguay

El 7 de octubre de 1854, el Br.- . Gabriel Pérez recibió del Supremo Consejo y del Gran Oriente de Brasil, la tarea de “…fundar, conformar y construir el Consejo (Supremo) de un ritual similar en la República Oriental del Uruguay…”, siendo percibido con el impacto como Soberano Gran Comendador.

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En una carta similar, se le aprobó elegir como Teniente Gran Comendador “…el hermano que después de él era el más establecido consiguió en el mencionado grado 33…”, arreglo que cayó al Hermano. Salvador Tort, 33º, y el 24 de junio de 1855, junto con los Hnos. Bruno Más de Ayala, Florentino Castellanos, José Ellauri, Juan Biugglen y Francisco Lecocq, salieron presentados y formaron el Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la República Oriental del Uruguay.

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A partir de ese momento, el Consejo Supremo se enfrentó a la ciclópea tarea de avanzar en la unificación y consistencia de los hoteles y organismos masónicos que funcionaban en la nación, (por ejemplo, el supuesto “Consejo Incomparable y Gran Oriente de Montevideo”, percibido en 1854 por el Gran Oriente Nacional Brasileño o “do Passeio”), que fue delegado por el reconocimiento concedido por el Gran Oriente de Brasil, al Muy Poderoso Consejo Supremo y Gran Oriente de Uruguay como Potencia Masónica, autónoma y consuetudinaria, lo que ocurrió el 17 de julio de 1856.

Las Logias que se establecieron fueron Asilo de la Virtud, Amistad Constante, Perseverancia, Decretos de Providencia, Fe, Esperanza, Caridad (estas tres últimas se hicieron desde la Logia del Misterio y el Honor), Unión y Caridad, Sol Oriental, Cristóbal Colón de Paysandú, Restauración de Cerro Largo, Unión y Filantropía de Gualeguaychú y Unión del Plata de Buenos Aires, desde la cual y por impulso del H.- . Dr. José Roque Pérez, se constituyó en 1857, por reconocimiento de la Masonería Uruguaya, el Supremo Consejo y el Gran Oriente de Argentina, actualmente la Gran Logia de Argentina de Masones Libres y Aceptados.

El establecimiento del Gran Oriente y el Consejo Supremo del Uruguay

El 7 de octubre de 1854, el Br.- . Gabriel Pérez recibió del Supremo Consejo y del Gran Oriente de Brasil, la tarea de “…fundar, conformar y construir el Consejo (Supremo) de un ritual similar en la República Oriental del Uruguay…”, siendo percibido con el impacto como Soberano Gran Comendador.

En una carta similar, se le aprobó elegir como Teniente Gran Comendador “…el hermano que después de él era el más establecido consiguió en el mencionado grado 33…”, arreglo que cayó al Hermano. Salvador Tort, 33º, y el 24 de junio de 1855, junto con los Hnos. Bruno Más de Ayala, Florentino Castellanos, José Ellauri, Juan Biugglen y Francisco Lecocq, salieron presentados y formaron el Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la República Oriental del Uruguay.

A partir de ese momento, el Consejo Supremo se enfrentó a la ciclópea tarea de avanzar en la unificación y consistencia de los hoteles y organismos masónicos que funcionaban en la nación, (por ejemplo, el supuesto “Consejo Incomparable y Gran Oriente de Montevideo”, percibido en 1854 por el Gran Oriente Nacional Brasileño o “do Passeio”), que fue delegado por el reconocimiento concedido por el Gran Oriente de Brasil, al Muy Poderoso Consejo Supremo y Gran Oriente de Uruguay como Potencia Masónica, autónoma y consuetudinaria, lo que ocurrió el 17 de julio de 1856.

Las Logias que se establecieron fueron Asilo de la Virtud, Amistad Constante, Perseverancia, Decretos de Providencia, Fe, Esperanza, Caridad (estas tres últimas se hicieron desde la Logia del Misterio y el Honor), Unión y Caridad, Sol Oriental, Cristóbal Colón de Paysandú, Restauración de Cerro Largo, Unión y Filantropía de Gualeguaychú y Unión del Plata de Buenos Aires, desde la cual y por impulso del H.- . Dr. José Roque Pérez, se constituyó en 1857, por reconocimiento de la Masonería Uruguaya, el Supremo Consejo y el Gran Oriente de Argentina, actualmente la Gran Logia de Argentina de Masones Libres y Aceptados.

El desarrollo de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay

Entre el 29 de abril y el 4 de mayo de 1929, se celebró en París la Cuarta Conferencia Internacional de Consejos Superiores, que, entre otros objetivos, prescribió que las fuerzas emblemáticas y filosóficas fueran practicadas por diversos poderes para lograr la amplitud de las imágenes. La fuerza Simbólica tendría competencia sobre los Hermanos de los tres grados iniciales, mientras que la fuerza Filosófica se situaría sobre los Hermanos de los grados 4º a 33º, ya que eran “individuos normales y estables de las Logias”. El Filósofo tendría competencia sobre los Hermanos de los tres grados iniciales, mientras que el Filósofo tendría competencia sobre los Hermanos de los grados cuarto a 33, dado que eran “individuos normales e infatigables de las Logias”.

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Este signo fue retomado por un número importante de Hermanos, que además plantearon la necesidad de democratizar la vida de la Orden a través de la santificación de las organizaciones dirigidas por los marcos de gobierno republicano de la regla de la mayoría, lo que motivó una reunión de masones el 18 de julio, 1930, en el que, a pesar de encomiar el principal Centenario de la Masonería uruguaya y el Jura de la Constitución de la República, se hizo el proyecto de hacer la Gran Logia Masónica del Uruguay, que antes de mucho tiempo estableció su estación central en la calle Paysandú 889.

Intentando acercar posiciones, en 1931, el Consejo Supremo del 33° Grado con campamento base en la calle Victoria (hoy Mario Cassinoni) 1481, se propuso delegar al Serenísimo Gran Oriente del Uruguay, todo lo que se identificaba con la legislatura y organización de los grados del 1 al 3°, marcando con este impacto el supuesto Pacto Familiar y un Tratado de Paz y Alianza con el mismo.

Esta nueva circunstancia institucional, que incluía -aunque en parte las peticiones de los hermanos inconformes-, dio lugar, a partir de ahora en 1931, al inicio de intercambios centrados en la reunificación de la masonería nacional, que se concretaría en 1940 con el surgimiento de la actual “Obra de Uruguay” (formada por la Gran Logia de la Francmasonería de Uruguay y el Consejo Supremo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la República Oriental del Uruguay), que se enfrentó de inmediato a un procedimiento de solicitud institucional y monetaria que en poco tiempo permitió el avance ordinario de la obra masónica.

El principal Gran Maestro de la Gran Logia en este momento era el H.- . Armando Roberto Lerma (1904-1983), iniciado en la Logia de la Caridad en 1929 y creador de la Logia Renacentista en 1932, que había permanecido en el Gran Oriente de Uruguay, fue acompañado como Vice Gran Maestro por el Hermano. Francisco M. Pucci (1895-1955), que se inició en la Logia del Corazón en 1919, había coordinado la Gran Logia Masónica del Uruguay.

Mucho ha ocurrido desde entonces.

Por ejemplo, merece la pena referirse a la introducción, el 10 de mayo de 1942, del anfiteatro al aire libre del Parque Pando, que había sido adquirido en 1932 por el Club Social y Cultural Dr. Julio Bastos (afiliación común vinculada a la Gran Logia Masónica del Uruguay, establecida el 11 de octubre de 1930 para promover el “buen y erudito acercamiento” y la diversión entre todos los masones) y cuyo desarrollo debe mucho a H\Miguel de Dios Serna, también un individuo de esa Obediencia, que fue el sucesor, en 1943, del Hermano Lerma como Gran Maestro de la Orden.